Barcelona multará a los ciclistas que circulan por las aceras

Redacción - Tradebike28/08/2018
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A partir del 1 de enero, el Ajuntament de Barcelona multará a los ciclistas que circulan por las aceras de la ciudad condal que no tengan, como mínimo, cinco metros de ancho. Esto significa, por lo tanto, que los habitantes de la ciudad que optan por una movilidad sostenible y se mueven en bicicleta podrán circular por muy pocas aceras, ya que apenas existen las que superan los cinco metros de amplitud. De esta manera, el ente que preside Ada Colau (En Comú Podem), modifica la moratoria que aprobó el anterior gobierno municipal en mayo de 2015, en el que permitía a ciclistas circular por aceras de más de 4,75 metros. Esto suponía que las bicicletas podían ir por las aceras del Eixample i de Sant Martí, las zonas de la capital catalana donde se concentran más ciclistas. Esta antigua modificación de la ordenanza de circulación de peatones y vehículos terminará en 2019.

Según el propio gobierno del Ajuntament de Barcelona, este cambio viene motivado porqué en palabras de Janet Sanz, teniente alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, “el esfuerzo que se ha hecho en los últimos años ha permitido dar un paso adelante y la infraestructura ciclista ya es suficiente”. Las multas que la Guardia Urbana podrá imponer a los ciclistas que infrinjan a partir del 1 de enero de 2019 la nueva normativa irán de los 100 a los 500 euros, en función del riesgo de circulación. Sin embargo, según Sanz, en los primeros compases de la nueva ordenanza no se sancionará y se optará por una campaña informativa. Además, las aceras que tengan más de cinco metros y que, en consecuencia, los ciclistas pueden circular por ellas, dispondrán de una señalización para que se aprecie de forma clara que es apta para las bicicletas.

A pesar de la nueva imposición, en el 2019 aún habrá una excepción en el que los ciclistas podrán circular por las aceras sin temor a ser sancionados por las autoridades policiales. Será en las aceras que hagan más de 4,75 metros, dejando tres metros de espacio libre, a un máximo de 10 km/h, solamente de las 10 horas de la noche a las 7 horas de la mañana. Los menores de 12 años que van en bicicleta acompañados de un adulto podrán circular sin problemas por las aceras de la capital catalana.

Como es obvio, estas nuevas medidas han recibido duras críticas por parte del colectivo ciclista, que ha cargado contra un gobierno que, teóricamente, lucha por tener una sociedad que apueste por la movilidad sostenible, que reduzca la contaminación en el aire y el parque de vehículos contaminantes. A pesar de que se ha incrementado notablemente el número de kilómetros de carril bici desde que los comuns llegaron al Ajuntament, se ha incrementado la red de manera cuantitativa y no cualitativa, sin estar bien conectada y sin ser segura. Así, la nueva ordenanza de circulación no viene acompañada de ninguna imposición a las motos que circulan por las aceras ni, tampoco, por una de las escenas más cuotidianas en la ciudad condal: peatones que andan tranquilamente por los carriles bici o vehículos que estacionan en ellos. ¿Sancionará la Guardia Urbana, también, este tipo de conductas?

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