Según la marca, en una industria que se centra más en alta tecnología con cada año que pasa, y en un momento en que la externalización de todo parece ser la norma, el activo más preciado de Campagnolo son las manos dentro de su propia fábrica. Así, el Sr. Ghibli es sólo un ejemplo de cómo Campagnolo mantiene la calidad y la integridad de sus productos mediante la producción de todo bajo su propia techo a través de un personal apasionado y competente. Son una de las pocas empresas aún están concentrando toda su producción en occidente, en la Unión Europea.
Explican que Señor Ghibli es una historia única que parece más adecuado para un momento en el que había un mayor valor no sólo a la calidad, sino a la pasión, el orgullo y el alma en cada producto que pasaba por las manos de un artesano.
Afirman que estos son ingredientes que lamentablemente son poco comunes en el proceso de producción moderno, pero por suerte todavía representan la base sobre la cual los productos Campagnolo se traen a la vida a este día.
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