“Llevamos unos años en los que el peso de las ofertas ha sido clave en las ventas de bicicletas: una venta más impulsiva, marcada por precios muy atractivos, pero que, si el tiempo no acompaña, no incita a comprar.”
Editorial publicada en el Tradebike 97.
En este número, publicamos el clima empresarial del sector bike del primer trimestre, y los ánimos para estos primeros meses no han sido muy buenos. Sin duda, el detallista es el que menos animado se muestra.
Analizando las cifras con detalle, vemos que se parecen mucho a las del primer trimestre de 2024, pero, a mi entender, aunque los resultados son muy similares, hay una gran diferencia: este año hemos tenido invierno.
Históricamente, enero, febrero y marzo siempre han sido temporada baja y meses complicados para el sector. Normalmente, la llegada de la Semana Santa marcaba el inicio de la temporada. El problema es que ya no lo recordábamos; hacía muchos años que estos primeros tres meses del año no eran tan lluviosos como esta temporada, y así lo demuestran los niveles de los pantanos, a pesar de que en algunas zonas la lluvia era muy necesaria.
Hemos tenido un invierno de verdad, con frío, agua y nieve. Desde algunas zonas de España nos comentan que no han tenido un solo fin de semana de sol en todo el primer trimestre. Y, evidentemente, esto ha afectado —y mucho— al ciclismo: con agua y frío, son muy pocos los que pedalean.
Además, está el factor nieve. Este invierno hemos tenido buena nieve, tras unos años con muy poca. La temporada de esquí empezó pronto y se alargó, y la gente se ha volcado a esquiar. La mayoría de estaciones destacan los buenos resultados de esta temporada. Y ya se sabe: en los años con buena nieve, hay una parte de los ciclistas que esquían y, por tanto, no pedalean.
Aparte, llevamos unos años —tras la dichosa pandemia— en los que el peso de las ofertas ha sido clave en las ventas de bicicletas: una venta más impulsiva, marcada por precios muy atractivos, pero que, si el tiempo no acompaña, no incita a comprar. También el taller se ha visto resentido por el clima. Evidentemente, a menos pedaleo, menos desgaste, menos caídas y menos mantenimiento.
Todo ello —lluvia y nieve— ha afectado a nuestro sector, un sector que ya estaba delicado, y ha impactado especialmente en las tiendas, que han padecido una disminución del tránsito de gente y, por tanto, de clientes. En los resultados del estudio, el detallista es el que más negativo se ha mostrado.
Pero, como comentaba antes, esto marca una diferencia. El año pasado por estas fechas el clima acompañaba al ciclismo, y este año, con una climatología muy adversa, la percepción se mantiene respecto a 2024, y mejora notablemente respecto a 2022 y 2023.
Analizando la tendencia general —las respuestas globales de fabricantes, distribuidores, representantes y detallistas (no solo de estos últimos)—, vemos que el cómputo total mejora. Esperemos que la primavera haya llegado para quedarse, y que nos empiece a acompañar tanto el clima como las ventas. Sabemos que esta todavía será una temporada para regularizar stocks; esperemos que sea la última.
Por último, queremos cerrar con un dato positivo: los principales fabricantes de cuadros y bicicletas del sector (Giant, Merida e Ideal) declaran un buen primer trimestre, con un aumento de los pedidos OEM y de la facturación por primera vez en dos años, tras dos temporadas muy “grises”. Una noticia positiva que sugiere la reactivación del sector, un cambio de tendencia. Recordemos que estos tres grandes fabricantes son los motores del sector, por donde pasan la gran mayoría de los pedidos de las principales marcas.
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