A FONDO: GRAVEL

Gravel: la bifurcación de un fenómeno

Albert Puyuelo09/06/2025

Analizamos las tendencias actuales de mercado del Gravel, una disciplina ciclista que ya se ha asentado y que, además, está reconfigurando el mercado del ciclismo en todo el mundo.

Artículo publicado en el Tradebike 97: Especial Gravel.

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En la última década, pocas disciplinas han agitado con tanta fuerza los cimientos del ciclismo como el Gravel. Lo que empezó como una práctica casi subversiva —salirse del asfalto para explorar caminos de tierra con una bici de carretera modificada— se ha convertido en uno de los segmentos más dinámicos y rentables de la industria ciclista.

Actualmente, el Gravel no solo ha llegado para quedarse, sino que ha transformado profundamente la oferta comercial de marcas, tiendas, eventos, medios especializados e incluso federaciones ciclistas. Nos encontramos ante un fenómeno de expansión que, lejos de estabilizarse, continúa creciendo en número de practicantes, propuestas técnicas y, sobre todo, enfoques de uso. La pregunta ya no es si el Gravel es importante para el mercado, sino cómo se está estructurando este nuevo eje del ciclismo moderno.

Las Cifras

Hablar del Gravel es hablar del gran catalizador de ventas en las últimas temporadas. Para muchas marcas, lo que comenzó como una apuesta puntual se ha convertido en una línea estratégica prioritaria. A nivel comercial, el Gravel ha conseguido lo que parecía imposible: romper la barrera entre carretera y montaña, dos mundos que hasta hace poco evolucionaban de forma casi aislada, pero en paralelo.

En el número anterior de Tradebike, publicamos Las Grandes Cifras del Sector Bike de 2024 en España, donde destacábamos que el MTB se mantenía estable pero el road y el Gravel crecían. No hace falta decir que no es ninguna sorpresa que el Gravel siga creciendo, y que lo haga con buenas cifras. Hay que tener en cuenta que aquí no entran las e-Gravel, y que las bicicletas eléctricas se encuentran entre las bicis que bajaron en volumen de ventas, de unidades y de precio medio.

En volumen de ventas, el Gravel fue la disciplina que más creció, muy por encima de las demás: llegó a los 90,85M€, lo que supuso más de un 38% en comparación con el año anterior. Es un porcentaje curiosamente parecido al crecimiento de su precio medio, que subió un 35%. Ahora, el precio medio de una bici de Gravel se encuentra en los 1869€. Interesante dato si tenemos en cuenta que el valor general de las bicis en el mercado español bajó más de un 10%. Hace años, nadie se hubiese creído que una bici destinada al Gravel podía valer tanto dinero.

El carácter camaleónico de las bicis de Gravel (que combina la limpieza estética del road y su ligereza con la versatilidad del MTB) ha sido determinante para su éxito comercial. A ello se suma una comunicación aspiracional, muy eficaz, que conecta el producto con experiencias reales: aventura, escapada, libertad, descubrimiento, naturaleza… Una narrativa que ha logrado enganchar a miles de ciclistas y, al mismo tiempo, activar nuevas líneas de negocio para las marcas.

Por eso, la industria ya no habla de Gravel como un nicho, sino como un pilar transversal. Fabricantes de bicicletas, neumáticos, ropa, componentes, accesorios, cascos, nutrición y tecnología invierten de forma decidida en esta categoría. Para muchos, el Gravel ya no es una alternativa: es la estrella del catálogo.

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Segmentación, especialización y nuevos perfiles de usuario

Uno de los signos más evidentes de madurez del mercado Gravel es su progresiva segmentación interna. Si hace apenas unos años una misma bicicleta podía servir para todo, hoy el desarrollo técnico y la demanda del usuario han llevado a crear modelos muy diferenciados según el uso.

Este fenómeno se observa claramente en las gamas de producto actuales. Existen bicicletas de Gravel específicas para competición, con geometrías agresivas, perfiles aerodinámicos y desarrollos pensados para el máximo rendimiento. Frente a ellas, otras apuestan por la comodidad, el equipamiento funcional (portaequipajes, horquillas con soporte, neumáticos muy anchos, etc.) y la fiabilidad para largas rutas y viajes de varios días.

Lo mismo ocurre con los componentes. Las cubiertas, por ejemplo, ya no se eligen solo por anchura, sino por el tipo de terreno y el uso previsto: ¿quieren velocidad y rodar durante horas a buen ritmo? ¿O quieren luchar contra el barro y agarrarse bien en una curva de una pista forestal? El mismo patrón se repite en las gamas de ropa, cascos, alforjas y otros accesorios, pensados para cubrir necesidades técnicas muy distintas.

Esta diversidad responde al surgimiento de dos grandes perfiles de usuario, que coexisten, se solapan en algunos aspectos, pero que representan caminos diferenciados.

Gravel competitivo: polvo y gravilla a velocidad de vértigo

El primer gran bloque lo representa el Gravel competitivo, una vertiente que ha ganado fuerza a un ritmo vertiginoso, especialmente en zonas como Girona. Carreras como The Traka, Badlands o las series UCI han consolidado un calendario de pruebas de alto nivel, con participación creciente de corredores profesionales —muchos de ellos provenientes del ciclismo de carretera o del MTB—. En estas pruebas se exige velocidad, estrategia, resistencia extrema y material de alto rendimiento.

La respuesta del mercado ha sido contundente. Marcas que históricamente trabajaban en la élite del ciclismo de carretera han entrado en el Gravel apostando por bicicletas aerodinámicas, ligeras y con soluciones técnicas de alto nivel. Se han desarrollado neumáticos específicos para competición, transmisiones optimizadas, geometrías más radicales y una ropa ‘race fit’ tradicional, muy lejos del estilo relajado de los inicios del Gravel. Ahora se busca una ropa ajustada que permita pedalear durante horas a un ritmo y una velocidad enorme. Pocos se apuntan a las carreras de Gravel y visten con camisas de cuadros.

Este Gravel de alto rendimiento también ha impulsado el desarrollo de eventos mixtos, donde el reto personal y el deseo de superación conviven con la competencia directa. Muchas pruebas permiten que amateurs y profesionales compartan salida, lo que crea un ambiente único: se compite, pero también se convive.

Sin lugar a dudas, el crecimiento de esta tipología de Gravel es una buena explicación del porqué el precio medio de las bicicletas de Gravel incrementó más de un 35% en 2024 en España.

Gravel aventurero: la llamada de la tierra

Frente a esta tendencia más deportiva, la vertiente aventurera del Gravel conserva —y renueva— el espíritu original de la disciplina. Aquí lo que importa no es el cronómetro, sino la experiencia. Sus usuarios priorizan las rutas de largo recorrido, el bikepacking, el descubrimiento de nuevos lugares y el contacto con la naturaleza.

Para este tipo de usuario, el Gravel representa una forma de vida. No busca la bicicleta más rápida, sino la más cómoda, fiable y funcional. Se preocupa por la autonomía, la capacidad de carga, la ergonomía. Valora tanto el paisaje como el camino, y está dispuesto a sacrificar velocidad por estabilidad y disfrute. Muchos de ellos utilizan su bicicleta tanto para viajar como para desplazarse por la ciudad, hacer ejercicio o simplemente explorar.

Este enfoque ha generado un nuevo universo de productos: cuadros con mayor absorción, soluciones modulares, sistemas de iluminación integrados, alforjas resistentes, cascos versátiles y ropa técnica que no renuncia a la estética. También ha potenciado una visión más sostenible y consciente del ciclismo.

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Una bifurcación inevitable y enriquecedora

Lejos de ser una fragmentación problemática, esta bifurcación entre Gravel competitivo y aventurero representa la gran fortaleza de la categoría. Permite a las marcas innovar en múltiples direcciones, explorar nuevas fórmulas comerciales y crear productos altamente especializados. Además, abre el mercado a perfiles muy distintos, desde el ciclista urbano hasta el ultrarresistente, pasando por quienes simplemente buscan una vía de escape del asfalto.

De hecho, muchas marcas ya han estructurado su gama de Gravel según estos dos ejes. Incluso algunas lanzan productos híbridos, pensados para quienes se sitúan en medio del espectro: usuarios que quieren rendimiento, pero sin renunciar a una geometría cómoda o a la posibilidad de montar una bolsa de manillar.

En este contexto, el papel de los eventos es clave. Pruebas de varios días, con formatos lineales o circulares, están viviendo un boom. A menudo cuentan con apoyo institucional, lo que augura un crecimiento sostenido del cicloturismo de aventura, y fortalecen la conexión entre deporte, territorio y economía local.

Pero también ayudan a evolucionar los productos relacionados con la disciplina. Por ejemplo, muchos de nosotros hemos visto a profesionales y a influencers hablando de los materiales que han elegido para completar una prueba de Gravel. La elección de un tipo de transmisión, la longitud de unas bielas, los lugares en los que esconder la nutrición, algún gadget novedoso que pueda ayudar (una bolsa de hidratación en la misma alforja, por ejemplo)… todo puede ser determinante para acabar los centenares de kilómetros que piden algunas pruebas (otro día hablaremos de la exageración de algunos retos…). Preparar una bici de Gravel para una competición es un reto en sí mismo.

Conclusiones

El Gravel es, pues, una categoría total, capaz de reunir bajo un mismo concepto todas las formas posibles de disfrutar del ciclismo. Su versatilidad no solo es técnica, sino filosófica: permite competir y viajar, entrenar y explorar, convivir con profesionales o desaparecer durante días por senderos desconocidos. El usuario elige qué quiere y cómo lo quiere.

Estamos ante el ejemplo perfecto de cómo una disciplina puede evolucionar sin perder su esencia. No es el mercado el que manda, sino que el usuario le está mandando al mercado cómo será. Hoy, pedalear por caminos de tierra ya no es solo una opción alternativa: es la elección de miles de ciclistas que quieren algo más.

Y todo indica que ese número seguirá creciendo. Porque el Gravel no es una moda pasajera. Es, posiblemente, el nuevo centro de gravedad del ciclismo moderno.

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