Beneficios para la salud y el rendimiento en el atleta
Lucas Jurado Fasoli – Doctor en Biomedicina (UGR). Dietista-Nutricionista. Investigador postdoctoral en el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud y Departamento de Fisiología, Universidad de Granada.
15/12/2025
Se ha demostrado que los deportistas de alto rendimiento tienen un mayor riesgo de infecciones del tracto respiratorio superior (p.ej. resfriado común) los días posteriores al ejercicio de alta intensidad [1]. De forma interesante, de todos los deportistas que acudieron a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, las afecciones del sistema respiratorio fueron las más comunes [2]. Un total de 310 atletas, correspondiente al 41% de todos los asistentes presentaron alguna alteración o infección del tracto respiratorio [2]. Comúnmente estas infecciones o “debilitación del sistema inmune” se puede presentar en periodos en los que se incrementa notablemente el volumen o intensidad del entrenamiento (p.ej. inclusión de dobles sesiones, incremento duración, etc), periodos de estrés o una mala alimentación (p.ej. baja en energías). Por tanto, el manejo nutricional y de suplementación (p.ej. con omega-3) podría ser una de las estrategias fundamentales para hacer frente a este fenómeno.
El omega-3 es un ácido graso esencial que debe ser incorporado a través de la dieta, siendo sus principales fuentes el pescado azul, las nueces, las semillas y los suplementos de omega-3. El omega-3 tiene numerosos beneficios para la salud y el rendimiento en el atleta, tal y como hemos mencionado en un artículo previo.
Parte de los beneficios del omega-3 se deben a su función sobre la función inmunitaria ya que presenta acciones anti-inflamatorias y disminuye la producción de moléculas inflamatorias que debilitan el sistema inmunitario [3]. En este sentido, varios estudios han demostrado que la suplementación con omega-3 podría disminuir la producción de moléculas pro-inflamatorias que debilitan el sistema inmunitario tras el ejercicio [4,5]. Además, la suplementación en deportistas podría mejorar la respuesta inmunitaria al ejercicio agudo de alta intensidad [4,5]. En otro estudio, se demostró que la suplementación con omega-3 disminuyó la inflamación bronaquial, reduciendo por tanto el riesgo de posibles infecciones respiratorias [6]. En otras palabras, el omega-3 “reforzaría” las células del sistema inmune, disminuyendo la vulnerabilidad del organismo a esa “ventana de riesgo de infecciones” tras el ejercicio de alta intensidad [7].
Tal y como hemos mencionado, el omega-3 puede ejercer como mediador en la prevención de infecciones. Por tanto, en primer lugar deberíamos valorar si han existido infecciones recurrentes en temporadas anteriores. En el caso afirmativo, trataríamos de identificar los momentos claves en los cuáles solemos “caer enfermos”. Algunos momentos en los cuáles existe una mayor vulnerabilidad podrían ser:
Una vez identificados estos momentos, trataremos de planificar la suplementación previa con omega-3. En este sentido, trataremos de incluir la suplementación entre 6-8 semanas antes del momento de riesgo de infección, para permitir al organismo que almacene la adecuada cantidad de omega-3.
El ejercicio físico de alta intensidad puede incrementar el riesgo de infecciones debido a una alteración en las células inmuntiarias. Por tanto, la suplementación con omega-3 previamente a momentos de riesgo de infección podría ser útil para disminuir la presencia de estos eventos.
Referencias

Tradebike & Tri, Bike and triathlon community