Desde las primeras carreras en el País Vasco hasta el auge de las bicicletas eléctricas inteligentes, el ciclismo español ha recorrido más de cien años de evolución tecnológica, cultural y social. Bosch eBike Systems quiere impulsar una nueva etapa donde la conectividad y la sostenibilidad marcan el ritmo del futuro.
La historia del ciclismo en España es también la historia de su modernización. A principios del siglo XX, la bicicleta representaba progreso y libertad. En 1913, Éibar fue el escenario de la primera carrera documentada del país, marcando el punto de partida de una pasión que, con el tiempo, transformaría tanto la movilidad como la industria. El vencedor de aquella prueba, Cándido Arrizabalaga “Aputxiano”, simbolizó el espíritu pionero de una ciudad que acabaría convertida en el epicentro de la fabricación ciclista nacional.
Durante las décadas siguientes, el ciclismo se consolidó como deporte, medio de transporte y modo de vida. Competiciones como el Gran Premio de la República, celebrado entre 1932 y 1936, anticiparon lo que más tarde sería la Vuelta a España. Paralelamente, Éibar y otras ciudades vascas impulsaron un tejido industrial que llevó las bicicletas españolas a miles de hogares.
La bicicleta ha pasado de ser una herramienta mecánica a convertirse en un dispositivo conectado. Con la irrupción de las e-bikes, España vive una auténtica transformación eléctrica: en 2023 se vendieron más de 241.000 bicicletas eléctricas, la categoría que más ingresos generó dentro del sector. Su adopción masiva está redefiniendo la movilidad urbana, impulsada por la búsqueda de alternativas sostenibles, la expansión de los carriles bici —entre 3.000 y 4.000 km en todo el país— y un cambio cultural hacia el transporte activo y saludable.
Este cambio de paradigma no solo afecta al consumidor final, sino a toda la cadena de valor del ciclismo: fabricantes, talleres, tiendas especializadas y servicios digitales. La bicicleta, que antaño simbolizaba el esfuerzo físico, ahora representa eficiencia energética, conectividad y compromiso ambiental.
Desde 2014, Bosch eBike Systems ha desempeñado un papel clave en esta transición tecnológica. Su ecosistema Smart System, lanzado en 2021, integra motor, batería, pantalla y servicios digitales en una plataforma que permite al usuario personalizar y controlar todos los aspectos de su e-bike desde una app.
Entre sus prestaciones destacan la navegación inteligente, los modos de asistencia configurables, la protección antirrobo con alertas automáticas y las actualizaciones de software que mantienen el sistema en constante evolución. Además, soluciones como el sistema de frenos ABS, el cambio automático o la opción de doble batería mejoran la seguridad y la autonomía del ciclista, abriendo paso a una movilidad más inteligente.
La conectividad ha dejado de ser un complemento para convertirse en el eje central de la experiencia ciclista. Gracias a la tecnología, las e-bikes no solo facilitan el pedaleo, sino que conectan al usuario con su entorno, su rendimiento y su vehículo, transformando la forma en que entendemos el ciclismo urbano y deportivo.
De los talleres de Éibar al ciclismo digital, España ha sabido adaptar la bicicleta a cada época. Hoy, las e-bikes son el motor visible de una movilidad más limpia y eficiente. La historia continúa, impulsada por la tecnología y por una convicción compartida: pedalear sigue siendo la mejor forma de avanzar.
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